Con la esencia de Bolivia en su corazón, enseña la cultura latinoamericana y la lengua castellana a los estudiantes de Español B.
Ana María Nicolich es la profesora de Español B en bachillerato. Su trabajo se impulsa por su amor y su orgullo de la cultura latinoamericana.
Nació en Bolivia y también se crió y estudió en la universidad allá. Siempre teniendo la familia en mente, vivió con sus padres por muchos años, cuidándolos en su vejez.
Con el español como su idioma nativo, la llegada a los Estados Unidos (EE. UU.) fue una mudanza por amor. Su marido era americano y hablaba más que todo inglés. Nicolich llegó a los EE. UU. hace treinta años, donde empezó su propia familia.
Durante ese tiempo también pasó algunos periodos en Bolivia. Ahora sus hijas son bilingües, orgullosamente aceptando
su identidad boliviana.
Los sabores de Bolivia ayudan a mantener la cultura de dicho país en su vida: los condimentos, adobando el cerdo, el mote, el chuño (la papa seca) y demás. A pesar del nombre extraño, el ají de lengua “es delicioso,” ella dice. Ingredientes compartidos por los países, inventados de maneras únicas y especiales. La comida es una conexión a la familia y su cultura.
La religión católica es parte de su latinidad. Las Semanas Santas celebradas devotamente, las Navidades con el Niño Dios; todo celebrado con la familia. Para Nicolich la familia es un salvavidas. Pasa la mayor parte del tiempo posible con su familia.
Los miembros de la familia que aún quedan en Bolivia son lo que más extraña. “Cuando… te vas del país, por cualquier motivo, tu corazón queda partido en dos,” ella dice. Las tradiciones latinas, casi siempre basadas en la familia, se hacen difíciles de celebrar. En un país nuevo, uno queda más aislado y el trabajo consume mucho tiempo, haciendo el anhelo aún más doloroso de acuerdo a Nicolich.
Añorando las montañas y las selvas bolivianas, la pasión se transmite en sus enseñanzas en clase. Proyectos basados en la cultura hispana abren los ojos a la complejidad y belleza de Latinoamérica. “Tu enseñas de corazón… enseñas con amor,” dice ella acerca de su pedagogía. La pasión real es lo que la impulsa.
“Nunca se va la nostalgia, es más, crece,” Nicolich explica, razón por la cual ella promueve el orgullo de la identidad latina. Su sugerencia a los estudiantes latinos es mantener el orgullo sobre la identidad, porque eso es lo que mantiene viva la conexión a su país.
By Martina Tognato Guáqueta